Los Juzgados de Seattle son un edificio moderno que imita a los antiguos y clásicos, como tantos otros. Con un portal de entrada con grandes columnas y tímpano como un templo griego, reducidos a su tamaño, pues el edificio cuenta sólo con dos pisos. De hecho, es bastante más ancho y largo que alto. Las paredes exteriores de todo el edificio están pintadas de blanco y se mantienen en perfecto estado, y las ventanas tienen un arco semicircular encima y están provistas de rejas.

Según entramos por la puerta principal y más grande, damos a un gran hall con dos escaleras amplias que se unen en el piso superior y que imitan mármol, que recorren los exteriores de este hall, bajo las barandillas del piso superior. En el centro de estas escaleras, pero más abajo, hay una puerta pequeña que da acceso a la cafetería. Tanto a izquierda como a derecha hay pequeñas puertas, que dan a las dependencias de los oficinistas que trabajan aquí. Obviamente, todo este gran hall está decorado con materiales que emulan mármol blanco, con alfombra roja y todo eso, tal cual los juzgados de las películas de finales del siglo pasado y comienzos de este.

Subiendo las escaleras nos encontramos con un estrecho pasillo (en el que cabrían dos personas puestas de lado, más o menos) que recorre todo el perímetro del hall. Por el lado izquierdo da a unos pocos despachos usados por abogados y demás cuando son necesarios. Por el lado izquierdo da a las celdas usadas cuando los prisioneros son directamente traídos de prisión. A este hall dan otras tres puertas, ya en la pared del frente, correspondientes a las salas 4, 5 y 6 de este juzgado, y existe un pasillo entre las dos últimas salas mencionadas. Es avanzando por este pasillo que encontramos otro, transversal, que nos da acceso a las salas 1, 2 y 3. Este pasillo esta provisto de una escalera de descenso en el lateral izquierdo y una salida de incendios en el derecho.

Las celdas mencionadas anteriormente son pequeñas y poco numerosas, aunque la tecnología empleada para vigilarlas es grande. Cámaras y guardias equipado con cyberware muy discreto son las primeras, pero las cerraduras magnéticas de altísimo nivel, que combinan un código tecleado y voceado, con una llave magnética no se quedan atrás. Por si fuera poco, hay varias cámaras conectadas a la Matriz que transmiten directamente al nodo de Knight Errant, por si surgen problemas.

Las seis salas de juicio son iguales, calcadas a las que podríamos encontrar en una película de las mencionadas, contando con paredes de madera, estrado de madera y todo eso. En la parte trasera izquierda tienen un pequeño baño. Ocultos en la puerta de entrada a la sala hay un detector de metales, un detector de sustancias tóxicas y cualquier otro detector que me haya podido pasar, todos de alto nivel. al fondo a la izquierda de la sala, tras la zona desde donde arbitra el juez, hay una pequeña puerta (que cuenta con esos mismos detectores pero de menor nivel) que da a la habitación del juez, provista de una mesa y varias sillas, así como de unas alacenas y armario en las que el juez puede tener guardado lo que quiera. En un juicio típico, habría en la sala un total de cinco guardias de Knight Errant, uno vigilando la entrada a la sala del juez, otro al fondo derecho, uno haciendo las veces de alguacil y dos más vigilando la entrada; obviamente, estos números pueden variar en juicios excepcionales.

Descendiendo de nuevo al piso inferior, todo el espacio localizado bajo los tribunales y delante del hall está dedicado a la considerablemente grande cafetería. Decorada con baldosines blancos, lámparas metálicas a juego con las sillas y mesas, no es precisamente el lugar más bonito del edificio. Las mesas ocupan todo el lugar, peo hay un par de cosas de interés que vale la pena describir. Primero, en el lateral derecho hay una puerta que conecta con un pequeño pasillo; este pequeño pasillo es el que da a las escaleras de subida mencionadas anteriormente y a los baños, que son más largos que anchos y se mantienen limpios y en buen estado. Al fondo de la cafetería está la barra, también de metal, que en su mitad derecha está dedicada a un autoservicio para aquellos que se quedan a comer y que, pese a ser caro, está bastante bien. La puerta de detrás de la barra da a la cocina, que cuenta con despensas y todo lo asociado, así como una puerta trasera para la carga y descarga de camiones directamente. finalmente, a la derecha de la cocina hay una puerta de incendios, justo debajo de la del piso de encima.

En cuanto a personas que suelen pasar por aquí a menudo, la verdad es que son demasiadas como para enumerar, desde los cocineros Ed Laverty y Manuel Chávez, a los distintos oficinistas. Lo que si podemos decir es que a cualquier hora del día que esté abierto (más o menos de diez a ocho), siempre habrá algún abogado, algún juez, camareros, cocineros, oficinistas, agentes de seguridad, algún preso, gente de la limpieza y gente normal que esté ahí por el asunto que sea.

En cuanto a seguridad, la verdad es que es bastante dura, un par de guardas de Knight Errant controlan el detector de armas, sustancias y demás colocado en la entrada. En el hall hay siempre otros dos o tres agentes que van de un lado para otro. Suele haber otro en la cocina, aunque no está siempre. Dos agentes más vigilan a los presos de las celdas como se ha dicho. Por último, un par más de agentes van de un lado para otro listos para actuar como refuerzos si hay problemas en cualquier lado. Obviamente, todos estos hombre son buenos, con equipo caro, implantes bien disimulados y así. Y, obviamente, en situaciones de juicios importantes o similares, la guardia se refuerza, especialmente en las entradas para evitar que entren periodistas indeseados.