Moonlight es una enorme ciudad en la superficie lunar, en continua expansión y reparación. Al aproximarse en una nave espacial se ve una enorme cúpula de metal incompleta, con una increíble cantidad de robots trabajando en ella para terminarla, apoyada contra una impresionante cadena montañosa. Cientos de antenas y receptores de señal sobresalen de las partes completadas de la cúpula, permitiendo que los que viven dentro estén informados de lo que ocurre en la Tierra. La cúpula tiene, a la altura del suelo, tres enormes compuertas cerradas, de distintos tamaños. Delante de cada una de estas tres compuertas hay tres pistas de aterrizaje con la gravedad aumentada cuando va a aterrizar una nave (para aumentar el rozamiento y frenarla antes) o disminuida cuando va a despegar (para reducir la dificultad y el gasto de combustible). Cada una de estas pistas puede variar su gravedad en caso de que no se vaya a producir un aterrizaje normal. Las compuertas dan acceso al espaciopuerto de la ciudad.

El espaciopuerto es una enorme sala de metal, con cabinas de presión a continuación de las compuertas, lo que permite que se pueda caminar sin necesidad de traje presurizado de ningún tipo. Hay decenas de trabajadores y robots cuando llega una nueva nave, para descargarla con velocidad y eficacia. Mientras no viene ninguna, se pueden ver los mecánicos reparando o retocando las de la base, y a los controladores buscando cualquier señal de que se acerque algún nuevo aparato. Es también en el espaciopuerto donde se guardan los vehículos de tierra, desde jeeps a motos de cuatro ruedas, listos para los necesarios viajes al exterior para reparaciones o para investigar.

La salida este del espaciopuerto es una enorme autopista de cuatro carriles en cada dirección, de los cuales dos están destinados a cochecitos controlados desde un computador central y que realizan el trayecto de ida y vuelta continuamente. Estos vehículos están extendidos por toda la ciudad, son gratuitos y llevan al que lo ocupe directamente a donde se les solicita.

Esta autopista da a la zona residencial, construida a base de cantidades ingentes de módulos prefabricados. Esta es la zona en la que la cúpula no está terminada por lo que, aunque no es necesario, la mayoría de la gente lleva un tubo de oxígeno por si se produce una fuga, por pequeña que sea. Los pasillos son estrechos, con capacidad para dos carritos que se cruzan como mucho y están rodeados por las casas de los científicos y trabajadores de la estación. Las viviendas están bastante bien equipadas aunque son un poco escasas de tamaño. Miles de personas viven en estas casas. En el centro de la zona residencial hay un amplio hueco destinado a albergar un parque cuando la cúpula se haya completado. Por todos lados están dispersos los almacenes con todo lo que se pueda necesitar para una vida cómoda y feliz y a los que se tiene acceso ilimitado. También hay numerosos lugares de entretenimiento para los que tienen tiempo libre.

En la parte noreste está la zona alta. A simple vista no se diferencia de las demás, pero las distinciones son tremendas para los que ven en el interior de las casas. Aquí es donde viven los científicos más importantes, aquellos que han abandonado la Tierra fingiendo haber muerto. Estas viviendas  tienen los módulos habituales a modo de entrada y, tras una puerta oculta, está el acceso a la que es la verdadera casa. Esta es amplia, con todas las comodidades e incluso disfrutan a menudo de comidas reales. Los almacenes de esta zona están proveídos con mejores materiales, aunque sólo se los ofrecen a los que residen allí.

Al norte de la zona de vida está la autopista que lleva a la zona de producción. No es tan amplia como la que une con el astropuerto, contando tan sólo con dos carriles en cada dirección. La zona de producción en si es una amplia zona compartimentada y ocupada completamente por enorme maquinaria. Desde centrales nucleares para producir electricidad entre enormes zumbidos, hasta las productoras de nutrisoja, o las recicladoras de aire y agua. Todo esto vigilado por un enorme contingente de técnicos que van de un lado a otro comprobando que todo esté en perfecto orden.

Al este de la zona residencial hay otra autopista, también de dos carriles en cada dirección, que da a la zona destinada a los laboratorios. Divididos en dos por la Pared de Gravedad, estos laboratorios son el eje central de Moonlight. En ellos se realizan todos los experimentos de la ciudad y tanto los secretos como los conocidos son ejecutados con precisión y maestría por el ingente número de científicos que trabajan en ellos. La parte norte, más grande, tiene gravedad permitiendo la ejecución de ciertos tipos de investigaciones; la parte sur, por otro lado, se haya separada por el mencionado muro. Tras él están los laboratorios sin gravedad, donde se realizan numerosísimos experimentos de todo tipo. Los laboratorios secretos se hayan dispersos por todo el lugar, camuflados por los métodos psicológicos más sutiles que permiten que la gente no se acerque si no es con un propósito, sin ocultarlos directamente.

Al sur de la ciudad hay una enorme cordillera infranqueable. Bajo esta cordillera se extiende una autopista oculta de un carril en cada dirección y que va descendiendo lentamente. Los cochecitos que circulan por esta autopista no son controladas desde el computador central desde el que se controlan las demás, sino que los manejan directamente desde abajo, teniendo un número constante de ellos operando sólo en esta zona de la ciudad para que nadie conozca su existencia.

Al final del túnel está la zona de El Espejo, oculta de los satélites curiosos por centenares de metros de roca lunar. Está dividida en barrios, desde los de descanso a los de entrenamiento, pasando por bibliotecas, talleres, armerías y todo lo que se pueda necesitar. Todos los Agentes permanecen en esta zona hasta que llega el momento de abandonar la Luna. Los científicos traídos a la estación también permanecen un pequeño periodo de tiempo en esta zona, en un pequeño apartado donde se simula la zona residencial normal. Se los lleva a esta zona sedados arguyendo que se encuentran así por culpa del cambio de gravedad y, tras unos días de adaptación, se los transporta a la zona residencial mientras duermen, despertándose en una casa tal como la de ellos y en unas calles tal como las de ellos. Nunca notan el cambio porque no permanecen el suficiente tiempo en la zona secreta como para darse cuenta de que algo ha cambiado.

Por último, al oeste de la zona secreta, unida por  una corta autopista de un carril en cada dirección, se encuentra la Sala del Cónclave. Esta sala es completamente indetectable desde el exterior, al igual que el resto de la zona residencial, pero la red de pequeños observatorios escondidos en las montañas permite que la sala se encuentre permanentemente informada de lo que ocurre fuera al conectarse con los satélites que quiera. De hecho, la sala principal de telecomunicaciones del complejo secreto se encuentra contigua a la Sala del Cónclave, aún cuando los Agentes encargados de ella tengan vedado el acceso a la sala donde se reúne el consejo.