Shadowrun es uno de los múltiples juegos de rol existentes hoy día en el mercado (si no sabéis que es el rol, mirad en el artículo anterior antes de leer este). Shadowrun es un juego encajado en la corriente cyberpunk de la ciencia-ficción inaugurada por Gibson en torno a comienzos de los 80. ¿Y qué coño significa esto?

Bueno, pues es muy sencillo. La premisa básica es que nos encontramos en el 2070, una fecha que señala cómo podría ser la evolución de nuestro mundo, y que se refleja en gran medida en nuestro mundo actual (como es lógico). Pero todo ha ido a peor. Lo primero de todo es que las megacorporaciones económicas (empresas mucho mayores que la actual General Motors o Coca-Cola) han tomado el control del mundo, y manejan a la mayoría de gobiernos a su antojo. La pobreza se ha disparado, y con ella la analfabetización y la falta de educación en general. Las bandas controlan las calles, impregnando todo de violencia y brutalidad. Los sindicatos del crimen organizado se han hecho fuertes más allá de toda medida, y sus intereses abarcan todos los países del mundo, envolviéndolo todo en sus conflictos. La Red se ha colapsado, siendo sustituída por la Matriz, la versión ultra-rápida de realidad virtual que conecta todo el mundo permanentemente y se sobreimpone sobre nuestra propia realidad, y que se encuentra a merced de los hackers informáticos en su lucha contra los diferentes sistemas. La tecnología ha avanzado enormemente, e implantes mecánicos y orgánicos han aparecido en el mercado para sustituir o mejorar las partes humanas originales, creando diferentes subculturas a su alrededor. Los indios se han separado, los mejicanos guardan oscuros secretos, y mucho más....

Pero eso no sólo es lo que hace especial a Shadowrun. Echado un vistazo a vuestro alrededor y veréis que todo es cíclico: las mareas, la electricidad, las vibraciones de los electrones, la creación-destrucción de oxígeno... hay una cosa que en el mundo como lo conocemos está en su ciclo bajo, y por eso la tomamos por inexistente, pero que en el 2011 su ciclo alto comienza: la magia. Como profetizaron los aztecas, el Sexto Mundo comienza en diciembre del 2011, y la magia retorna al mundo, despertando a las diferentes especies (tanto animales como vegetales y, claro, al hombre). Al principio con debilidad, pues todavía era escasa, pero han pasado sesenta años y el aumento de las energías mágicas se nota.

Los elfos y demás razas mitológicas realmente existieron y han vuelto, pero no son lo que esperábamos: no son más que variantes despertadas de la raza humana. Pero hay cosas mucho más extrañas. ¿Nunca te preguntaste por qué en todo el mundo hay mitos tan similares? ¿Por qué tanto en China como en España aparece la figura del dragón? La respuesta es sencilla: los dragones existieron... y han vuelto a despertar de su sueño.

Las sorpresas son innumerables en el juego, y más cuanto más profundizamos más allá de las apariencias, pues que haya todo esto no significa que las cosas se lleven bien entre si... y nada suele ser lo que parece. Y, en medio de esto, ¿quienes son los jugadores? Los jugadores son shadowrunners: una especie de modernos mercenarios contratados por cualquiera que no quiere ver su nombre manchado en los trabajos más sucios del mundo, desde robo de información a chantajes, secuestros, lo que sea.

Realmente no existen las categorías como en otros juegos, no hay profesiones, ni nada por el estilo. Aunque si que hay arquetipos, ejemplos de los más comunes personajes que se pueden encontrar. Desde mercenarios implantados de cromo, a misteriosos y poderosos magos, hackers de rápidas reacciones o los mejores cyberpilotos (hackers especializados en conducir) del mundo. Cualquier cosa está a tu alcance. El objetivo, sin embargo, suele ser siempre complicado: instalaciones de máxima seguridad, sedes corporativas, cualquier cosa por el precio apropiado.

Obviamente, hay que señalar que Shadowrun es un juego muy duro, no sólo por las reglas sino por la temática. No es un juego para niños, ya que el paseo por el lado oscuro puede ser terrible en ocasiones. Es necesario un cierto grado de crítica para poder enfrentarse a este mundo y entender la crítica que hace del camino que sigue el mundo real. No es un juego de blancos y negros, está todo en tonos de gris.