Erevenial Toh, la Joya que Saluda a la Noche, es una joya de inigualable belleza, obra que ninguna es capaz de igualar. Su centro es un orbe de metal, aunque no parece ningún metal conocido, sino algo así como una plata extraña, que refleja como la plata pulida, pero que es blancuzca. Este metal no es conocido, y no hay ninguna obra en el Sexto Mundo  que esté hecha con él. Es un metal resistente, aunque de un cierto aire de fragilidad, y ningún disparo será capaz de hacer el más mínimo rascazo en la joya, aunque eso se debe a los conjuros que le han imbuido y no al metal en si. Esta esfera esta rodeada por cuatro extrañas runas, colocadas formando un cuadrado en la parte frontal. Su significado es completamente desconocido para los conocimientos mágicos actuales.

Alrededor de esta esfera hay una anillo de plata, sobre el que va montado una pieza de orfebrería que representan unos haces de luz, como los que proyectaría el sol. Estos haces están llenos de pequeñas joyas, que hacen que la luz se refleje en una infinidad de colores y matices a su alrededor, creando un halo de lo más especial cuando la joya es iluminada. Este halo metálico esta cubierto también por runas muy pequeñitas, de las que sólo se puede descubrir que son runas de protección o sellado, probablemente destinadas a que la joya no se pueda dañar y a aprisionar toda la magia que atesora la esfera central.

Por último, la joya cuelga de una cadena a la que se une por un engarce en el rayo metálico que apunta hacia arriba (pues los que apuntan arriba y abajo son ligeramente más largos). El engarce no tiene nada especial. La cadena es otra pequeña obra de arte, pues está hecha con hilos de oro y plata muy muy finitos, enroscados como en una trenza. Entre ambos hilos, a intervalos irregulares, hay pequeños cristalitos muy pulidos, que asemejan gotas de rocío atrapadas allí. Cuando la joya es iluminada por algo y refleja, esta cadena parece un todo fluido, como unos cuantos tronquitos de oro y plata que todavía tuviesen las gotas de rocío de cuando amanece.

Como última nota, decir que la Joya se supone que brilla por si misma, pues eso hacía en el Cuarto Mundo, pero el nivel de Mana es demasiado bajo para ello, de manera que eso y muchos de sus poderes todavía duermen, aunque no todos...

Hoy en día, la joya se halla separada en cinco partes distintas. Las cuatro primeras son óvalos de distintos colores y muy transparentes. En el centro de cada uno de ellos hay una runa que se corresponden con una de las que tiene la joya principal en su parte delantera. La quinta parte es el engarce: el anillo de metal con los rayos de luz y la cadena. Cada una de esas partes se haya separada de los demás y oculta dentro de otra joya distinta, tal como son un collar egipcio o una diadema babilónica.