Usar a los dragones parece cosa sencilla: tienen fuerza física, tienen elementales o espíritus, tienen magia... son los seres más poderosos del mundo. Pero en realidad no está tan claro. Antiguamente si que eran invulnerables, o casi, pero hoy en día el armamento ha evolucionado mucho.

Pero no empezaremos por eso. Usar a un dragón implica pensar, porque los dragones son seres muy inteligentes. Suelen moverse entre bastidores, manejando agentes aquí y allí para que sus planes avancen. No suelen mostrarse ellos mismos a menos que sea absolutamente imprescindible, y si lo hacen, siempre tendrán cientos de planes de emergencia por si su primer plan falla.

Lo primero que puedes hacer es que, si tus personajes se encuentran cara a cara con uno, darle toda la información existente sobre un tema. Sea lo que sea (dentro de unos límites) el dragón lo sabe. Es más, déjale que conozca los planes del propio grupo, no tanto porque lo conozca per se, sino porque su inteligencia hace que ya tuviera un plan para contrarrestar esa posibilidad ya de antes. Rodéale de agentes leales a él, y permítele tener activos los hechizos que consideres oportunos.

Sin embargo, ten en cuenta una cosa, si usas los dragones de manual (que yo, personalmente considero dragones jóvenes, incluidos los que aparecen como Grandes Dragones), no son tan fuertes como parecen. Cometí el error de sobreestimarlos una vez, y lo que descubrí es que el samurai puesto hasta arriba de drogas le ganó la iniciativa (y eso que tenía un hechizo de iniciativa) y lo mandó al otro mundo con un misil Gran Dragón bien apuntado (pese al hechizo de armadura que llevaba activa).

Un dragón, si lucha, lo hará en cuerpo a cuerpo, donde si que son una burrada, y las armas existentes si que son mucho más manejables. Usará espíritus desde el principio, y no dudará en activar hechizos como Invisibilidad, para tener esa ventaja extra que proporcionan. Además, si el combate es en su guarida, esta estará preparada con defensas mágicas, quizás incluso criaturas metamágicas a su disposición. Sin embargo, los dragones han descubierto lo que vale la alta tecnología, por lo que no dudarán en tener ciberpilotos de seguridad, agentes armados hasta los dientes, y nodos de un rojo sangre intenso.

Sin embargo, tienen dos grandes debilidades que los metahumanos pueden explotar en su favor, y que no deben ser olvidadas. Primero de todo, los dragones son los amos del mundo, y no dejarán que lo olvides; esto significa que no considerarán gran peligro a un sólo humano, y que subestimarán probablemente a un grupo de ellos. Lo que es más, los dragones, pese a su inteligencia, son seres habituados a pensar con antelación, a planear todo con calma y reposo. Cuando actúan, tienen todo pensado, pero si los obligas a actuar demasiado rápido pueden cometer errores, o simplemente reaccionar demasiado tarde... eso si, si hay un después, la venganza de un dragón es terrible.

Así pues, todo esto se resume en: dale al dragón todas las ventajas que él se pueda conseguir, desde puntos estratégicos a tropas a su servicio, pero no son todo poderosos, y sus debilidades deben manifestarse en el juego también, sobretodo si tratan con dragones jóvenes o inexpertos con el mundo humano (aunque estos últimos pueden ser un verdadero peligro si se sienten amenazados o no se han parado a estudiar aún la sociedad humana, sino echadle un ojo a la entrada de Ghostwalker en este mundo... ;)).